Friday, July 29, 2011

Ponce. Sole



EL vacío nos revela en la inmensidad de su continuidad, el poder de la fuerza que lo ha llenado. Esta característica presente en todo el territorio del calafate es la de la ausencia. La ausencia de vegetación, la ausencia de población, la ausencia del hielo en los valles que contienen su forma eterna.

La energía del glaciar fluye, se desparrama por el territorio, lo penetra y lo modifica. Es el gran moldeador, es el que rellena las montañas y cuando se retira, el generador de enormes valles, dejando su profunda huella. Su imagen estática pareciera no corresponderse con las marcas que ha dejado en el territorio, y es que aunque solo podemos percibir un pequeño momento, el glaciar esta en continuo movimiento y fluye lenta pero constantemente.





Entendemos la arquitectura del proyecto como la huella de un fluido que avanza, tan fuerte que moldea los edificios, los erosiona y le da forma, luego discurre pendiente abajo donde finaliza su recorrido en el lago.





El glaciar queda representado en el gran espacio libre entre los edificios enfrentados, estos contienen al vacio y le dan un marco. Sus dos márgenes representan lo que entendemos al analizar el paisaje, donde reconocemos distintos gradientes y vemos dos situaciones de borde diferenciadas: una relacionada con la estepa, que es continuo y homogéneo y otra situación antagónica correspondiente con la montaña, que denota mayor permeabilidad y donde se distinguen diferentes calidades de densidades. En base a esto se dispusieron los dos volúmenes arquitectónicos, donde sus fachadas al espacio central toman estas características.




1 comment:

Anonymous said...

esta muy bueno el trabajo y las plantas