Thursday, August 15, 2013

La dimensión fenomenológica del paisaje *

*Extracto del texto: La percepción del paisaje urbano, de Ana Ma. Moya Pellitero.

Les acerco el texto que comentamos en clase, para releer con detenimiento.

La ciudad es una entidad dinámica, compleja, sometida a parámetros espacio-temporales, a imperativos culturales, económicos y sociales. La ciudad es una construcción material y, a la vez, es un “evento mental”, reconocida por la experiencia sensorial dentro de esos mismos parámetros espacio-temporales. Martin Heidegger denomina al individuo Dasein, “ser-ahí”; es, pues, el sujeto “ser-en-el–mundo” y siempre “ser-en-el–tiempo”, comprometido con su entorno, influido por esas coordenadas espacio-temporales, involucrado en ese espacio geográfico, histórico y cultural.
La conciencia permite adquirir conocimiento de uno mismo y reconocer la propia respuesta al entorno cercano. La ciudad reúne todas las múltiples experiencias observables, producto de esa experiencia individual, que enriquecen cualitativamente su conocimiento. El estudio de experiencias sensoriales individuales permite una reflexión fenomenológica sobre determinados espacios urbanos en diferentes entornos culturales y momentos históricos específicos. Estos individuos han empleado distintos métodos de representación y reproducción para transmitir un instante percibido, descubierto mentalmente a través de la observación. Es entonces cuando la mente selecciona una información visual, la aísla, la organiza, la interpreta y la representa.
La ciudad adquiere una dimensión fenomenológica cuando existe una relación mental del individuo con su entorno. Norberg-Schulz, desarrolla una teoría del entorno construido bajo el punto de vista de Husserl y Heidegger. El entorno construido y natural que habitamos constituye una parte integral del Lebenswelt,  “el mundo de vida” descrito como “el mundo espacio-temporal de las cosas tal y como las sabemos experimentables en nuestra vida, más allá de que de hecho sean experimentadas”.
La experiencia lisa y llana en la que se da “el mundo de la vida” es el fundamento de todo conocimiento objetivo. Dicho conocimiento se fundamenta, en el mundo de los sentidos, de la intuición y de la apariencia sensible. El estudio del “mundo de la vida” requiere de una intuición experimental “sensible”, puesto que todo aquello que se presenta como algo concreto, que posee corporeidad, también posee una propiedad psíquica o propiedades espirituales. Entonces “el mundo de la vida” reúne lo experimentado, lo recordado, lo intuido y toda forma de inducción, de lo posiblemente perceptible, con el potencial de ser recordado.  Es decir, engloba el mundo de todas las realidades conocidas y desconocidas. El “mundo de la vida” circundante es un “río heraclíteo” que es meramente subjetivo y aparentemente inaprensible. No está definido por cómo es la realidad, sus propiedades, sus relaciones, su estructura, o sus leyes internas, sino que es un mundo “subjetivo-relativo” y, a la vez, múltiple.
En este “mundo de vida” la realidad se ve, se palpa, se huele, se oye y, consecuentemente, se multiplican los modos de su representación sensible, que permiten comunicar aspectos diferentes y distintivos de la realidad.
El Genius Loci (Genio del Lugar) es una interacción entre el entorno tanto urbano como natural y la vida humana. La manifestación aparente de esta interacción es la existencia de una identidad tanto de demarcación como de carácter. Por lo tanto, el lugar se transforma en la manifestación concreta del Lebenswelt,  “el mundo de vida”. Para Norberg-Schulz existe una experiencia del entorno construido que no es ni objetiva ni subjetiva y, por lo tanto, no es posible establecer una separación entre el cuerpo y su conciencia. De ésta manera, sería inadecuado considerar una psicología de la percepción que separe el Lebenswelt entre sujeto y objeto, una separación que ha sido, desde siempre, establecida en el dualismo de la filosofía cartesiana. En opinión de Norberg-Schulz el mundo cualitativo ha caído víctima de la cuantificación “que nos distancia de significados profundos de nuestras experiencias cotidianas”.
El entorno urbano y natural, entendido como esa relación entre lo objetivo y lo subjetivo, bajo un punto de vista fenomenológico, también lo encontramos en el trabajo del geógrafo cultural y orientalista Augustin Berque. Para él, el entorno no es un objeto físico, sino una relación existencial; la relación que establece una sociedad con éste. En su trabajo remarca la ambivalencia del ecoumène, que él introduce y define como la relación de los seres humanos con la tierra que habitan. Berque destaca la ambivalencia del ecoumène[1] porque tiene a la vez, una naturaleza física, entendida como entrono y una naturaleza fenomenal, entendida como paisaje. Su significado depende de lo físico y fenomenal, lo ecológico y simbólico, la factual y sensible. El entorno es entonces, simultáneamente, significación, percepción, sensación, orientación y sentido afectivo, como “relación”.
El filósofo japonés Tetsurò Watsuji, crea el neologismo fûdosei. El vocablo japonés fûdo está compuesto por los ideogramas “viento” y “tierra”. Para Watsuji, este vocablo abarca un área semántica muy amplia, desde características climáticas, geológicas o topográficas, hasta la fertilidad del suelo y la configuración del paisaje. Este término fûdosei no solamente define el estudio de la naturaleza, sino, de acuerdo con la antropología del paisaje, representa la unión íntima entre el clima y la cultura. En esta relación entre el medio ambiente y la vida humana existe un vínculo vivencial que denota el estar dentro de un clima y sentirlo. En este sentido todo aquello que adquiere forma través de la cultura no es simplemente un mero entorno físico sino la expresión existencial del sujeto humano influido por el clima y su entorno. Watsuji reflexiona sobre el concepto de espacialidad y lo compara con el concepto de temporalidad, definido por Heidegger. Para Watsuji, ambos conceptos definen la estructura existencial del sujeto. Puesto que Heidegger confiere al Dasein, “ser-ahí”; una estructura dual en la vida humana, a la vez individual y social, es precisamente esta existencia humana en su dualidad la que para Watsuji revela una temporalidad inseparable de la espacialidad y, consecuentemente, la historicidad se muestra inseparable de la ambientalidad. En este sentido el fûdosei expresa la fenomenología del paisaje, en su doble aspecto, individual y social, donde geografía e historia, paisaje y cultura están conectados, y en el que la temporalidad y espacialidad son inseparables. Fûdosei representa la dimensión espacial de la conexión de una sociedad con su entorno determinada por la ambientalidad, como también su dimensión temporal definida por la historicidad. Los estilos de vida y construcción propios de un territorio reflejan una integración y comprensión del ser humano en su estructura dual, dentro del clima y del paisaje. Y no sólo los estilos de vida, sino también la literatura, el arte, la religión, las costumbres, en una palabra, en todas las expresiones de la vida humana.
Berque, traduce el término fûdosei en médiance, el cual tiene un carácter “trayectivo”, porque se desarrolla en un tiempo histórico y en un espacio geográfico particular y, a la vez, no trata solo de lo objetivo del entorno, o sólo de lo subjetivo, sino de su relación. En condiciones geográficas, históricas y culturales específicas, una sociedad se puede relacionar con su entorno transformándolo en paisaje. Por lo tanto el paisaje está impregnado de médiance e historicidad, dependiendo de su específica localización geográfica, en un cierto período histórico y en una cultura particular. Para conocer dicho paisaje no es suficiente cómo los elementos del entorno están ordenados morfológicamente, ni centrarse solamente en cómo la fisiología de la percepción funciona. Esencialmente, su comprensión proviene de la relación de ambos, y de conocer las condiciones culturales, sociales e históricas que modelan esa relación.




[1] Ecoumene deriva de las expresión griega oikoumené gé, la parte de la tierra habitada. Es la huella y el molde del ser humano en la tierra, la relación ontológica-geográfica. 

3 comments:

Anonymous said...

Cuales son las condiciones de entrega para este jueves?

Saludos!

Jorge said...

Todo el material, relevamiento sensible, y construcción de la mirada como parte de la construcción de un relato para empezar a encontrar la visión particular de lo que después será el proyecto. Sin tamaño, en forma libre a consideración de uds.

Anonymous said...

muy bueno!!!!!