Adobes de Campana

de Andres Jaime y Josefina Calvente

Horizontes y Escalas

Una típica ciudad de la Región Pampeana, se recorta del resto; sosteniendo su economía en la industria. No una ciudad industrial, hablamos de un “pueblo con industria pesada”. Si. Inmerso en un generoso sistema de redes pluviales, ferroviarias y terrestres, con puerto de aguas profundas, y con una ubicación geopolítica privilegiada, ostenta un destino de crecimiento ilimitado. No obstante, una sorprendente, clara y característica dicotomía se produce en la relación de escalas; de las redes, la industria y la ciudad. Ciudad que conserva una escala de pueblo, con muy pocos elementos que quiebran su horizonte doméstico. Redes e Industrias que lo encriptan; las redes, bordes permeables que dejan avizorar el crecimiento hacia el horizonte verde, la industria con su imperante horizonte tecnológico operando como una barrera sensorial impenetrable. Esta trilogía de horizontes y de escalas solo convive en un sitio; al que la ciudad relega; sitio al que la industria hizo propio; sitio al que las redes lo consideran solo una vía. El Río, como único punto de confluencia vivencial plena, con su barranca camuflada; Río, que para un sediento es agua; que para un suicida es muerte; que para un isleño es vida; Río, que para casi todas las almas de la ciudad no sos nada.



Rabaglio - Zabatel

Pinceladas

Imagenes de Laura Trotti-Cecilia Duran

Perfiles de Campana

Según Luciana Caputi-Juan Collar-Magdalena Insua-Leandro Reati

CAMPANA

La vision de Andrea Gagliano-Daniela Koranblum-Samira Attar

grisel Alpañés-Paula Van der Ghote

EN BUSCA DEL ALMA

De eso se trata, de buscar el alma, de generar la mística del futuro proyecto, potenciándolo. Pero tengo que decirles que lamentablemente y por suerte, no hay cálculos matemáticos, ni letras del abecedario, que simplifiquen esta tarea.
Bienvenidos a un taller de búsquedas.
Y para ir en busca del alma, es que debemos bucear en tres protagonistas del proyecto, el yo-arquitecto, buceando en tú actitud espacial tectónica, en tus magias, en la forma en que tú mente interactúa para lograr una estética determinada, en el lugar-entorno, con su física, sus tiempos, sus olores, sus sonidos y temperaturas, paisaje en el cual se insertará y pasará a formar parte por largo tiempo y el uso-usuario, fundamental a la hora de darle un sentido a nuestra arquitectura.
Es en el conocimiento a fondo de estos, pero no tomándolo como un “método”, sino como un camino de exploración, en los cuales vamos a cimentar nuestra tarea, y conociéndolos no solamente desde un análisis racional y analítico (que debe estar, y es necesario), sino, principalmente desde un punto de vista sensible, que tome en cuenta sus ritmos, sus intensidades, sus fuerzas y debilidades, sus luces y sus sombras, en fin en el conocimiento global de su espíritu...
Manos a la obra.
Empecemos el camino
Jorge Stekar