Wednesday, August 26, 2009

Lunes 31/8 - 20hs. Fallo del Concurso

Los trabajos de los alumnos exhibidos a continuación en el blog, son los que han sido preseleccionados para el Concurso (interno)
"La Arquitectura y el Paisaje"- El mundo del vino.
El lunes 31/8 a partir de las 20hs., se llevara a cabo en el taller 102 el Fallo del Jurado.
El Jurado estará integrado por:
-Arquitectos de la Facultad extra Cátedra
-Arquitectos de Universidades invitadas (voto vía mail) de la Woodbury University-U.S.A. y de la Universidad de Mendoza.
-Arquitectos ex-integrantes de la Cátedra.
-Estudiantes seleccionados de Arquitectura V, de la Cátedra.
-Artistas plásticos y Editores de Arquitectura.
Se realizará la entrega de Premios ( en moneda liquida) y habrá un brindis de honor. Auspicia International Wine Consultans.
Los alumnos con los trabajos preseleccionados deberán exhibir sus trabajos con la suficiente antelación para que queden expuestos a partir de las 19:30 hs.

Saturday, August 22, 2009

Ann Laure Bollens y Adrian Macker



La visión abstracta inicial les permitió retirar lo accidental y acceder a la esencia del paisaje.
Esta abstracción esencial de la montaña y su traducción en términos de potencial materialidad tectónica fue el hilo conductor del trabajo. La percepción sensible de la montaña: angulosa, progresiva, con varios niveles y ramificaciones. Y su fusión con las nubes de manera progresiva.
Luego fueron surgiendo las líneas directrices, los planos que componen.
Trabajaron sobre la idea de que la montaña tiene una relación muy fuerte con el suelo y el cielo. Y que es un elemento de transición.





Para abarcar el conjunto trabajan sobre la síntesis las primeras ideas. Materia / montaña, piezas / cuñas, que surgen del mismo territorio. Piezas que son como desprendimientos de la misma montaña. Con esta lógica se plantea el acceso general al complejo y las ramificaciones geológicas progresivas en las que deriva.
Aquí es el suelo mismo el que dialoga con el cielo, a través del movimiento ascendente y serpenteante.


La noción de transición se manifiesta entre el suelo y el cielo o entre el suelo y la bodega.
La bodega tiene una fuerte relación con los dos.
Igual que la montaña, la bodega es un elemento del paisaje.
Y el proyecto un elemento de transición entre estos dos mundos tan bien caracterizados, corporizándose, ramificándose, espesándose, cobrando peso.



La bodega que se hace suelo.
La posibilidad de transitarla.
Transitar sus ramificaciones.



Bajar a las entrañas del suelo… trepar para llegar al cielo.









Estos conceptos se traducen en distintos grados de permeabilidad u opacidad,
y en graduaciones que llevan de la luz a la sombra.




La organización formal-funcional de la bodega sigue conceptos muy claros:
agrupación y densidad de elementos que forman una especie de costilla longitudinal,
que le da unidad y densidad, en la que se organizan los recorridos y que funciona unas veces como vinculación (circulacones, apertura visual) otras como límite.











Y un estudio muy preciso y sensible sobre las posibilidades expresivas de la estructura.



Con recorridos organizados sobre la idea de punto de partida o
de punto de llegada de y ramificación.



El lenguaje arquitectónico expresa la idea con toda su potencia.
La posibilidad de diálogo con el cielo, a través de las transparencias,
de la luz de los reflejos.


La estratificación del suelo que cobra espesor y peso para dar cobijo a la cava.
La transición material desde el suelo, pesado, grueso, cerrado y sombrío, transitando instancias
en las que el pliegue le otorga rigidez y le permite afinarse, alivianarse y volar.

Logran una expresión de materialidad que es muy fuerte a lo largo de todo el ejercicio
y con alto grado de concreción.

Una entrega de contenido preciso y que muestra una profunda exploración. Un buen ajercicio y además muy bien mostrado.
Karina


Mancomunión entre paisaje y arquitectura, que con sutiles y sugerentes líneas y volúmenes generan un proyecto equilibrado en todos sus aspectos con una gran madurez arquitectónica.
Quizás, un punto para mejorar, podría ser su inserción como conjunto, muy próximo al acceso, que no le da “aire” a la llegada, y el propio acceso a la Bodega, que no alcanza la calidad de la espacialidad y la factura que se despliega a continuación.
Jorge

Virginia Smichowski y Juan Manuel Cañonero



El vino, con toda su carga simbólico-religiosa, y la comprensión del entorno como el lugar natural de expansión y cuya naturaleza misma es utilizada como motivación arquitectónica, permiten que surja una lógica del pliegue, del espesor, del fragmento del cual se nutre el organismo arquitectónico.









La propuesta de gran integridad desarrolla una implantación basada en el concepto de dar cobijo y protección,



y plantea un recorrido con una clara secuencia espacial en la cual participan los elementos esenciales del entorno mendocino.




Se concentra en el sector cercano al acceso, generando cierto grado de interioridad, conseguida a través de un gradual dominio de los espacios abiertos.



El recorrido se regula a través de una muy ajustada secuencia de espacios acordes a la escala de cada sector de la intervención, en la cual destaca el espacio central que funciona de atrio del complejo y acompaña el recorrido hacia los accesos secundarios.

Se trabaja sobre la incorporación de elementos del entorno mediante recursos de encuadre y jerarquización. La arquitectura funciona como marco de grandes perspectivas. Es un planteo integral que se nutre del paisaje y lo modifica, humanizándolo. Se moldea el vacío, se organizan de este modo los cultivos y el espacio abierto plantando árboles, que generan lugares de sombra. Aparece el agua como humificador natural.



La bodega define espacio central, foco de la propuesta. Se estructura mediante una gran espalda o costilla estructural-funcional a partir de la cual se va proyectando hacia el paisaje con distintos grados de apertura.











Desde un espacio de dimensiones controladas se inicia el recorrido que permite, sorteando estrato por estrato descubrir la sala de tanques y cada uno de los sectores hasta llegar al último estrato: el más profundo y penumbroso: la cava.
















Desde aquí y de manera ascendente la materialidad retoma el camino inverso al que realiza el visistante, permite reescribir esta estratificación, emprendiendo un ascenso que lleva de lo más pesado y rocoso hasta la liviandad y diafanidad de las cubiertas livianas y los paños vidriados que permiten el ingreso del paisaje circundante.



















Desde el punto de vista pedagógico ha sido sin duda en ejercicio muy fructífero, con instancias de avance y retroceso, pero fundamentalmente de mucho compromiso y esfuerzo, cuyos frutos creo, están a la vista. Una entrega completísima y con material de alto contenido expresivo y arquitectónico.

Karina

El espacio exterior se dilata y se contrae, generando el ámbito propicio para que se desarrolle la arquitectura, generando a partir de esta y del agua, una gran ventana al paisaje, a los viñedos y a las montañas.
En la bodega en sí, logra generar una tectónica muy rica en general, que no se llegan a fusionar del todo en la estructura, ciertas riquezas implícitas generadas a partir del espacio y la volumetría.
Jorge