Friday, August 21, 2009

Silvina Mandarano y Julian Cheula





El punto de partida se basó en la intención de lograr una franca conjunción entre la escala productiva y la tradición, integrando la comunidad con la producción.
Este enlace fue reinterpretado con la consecuente incorporación de nuevos elementos al programa y resuelto con un complejo trazado tridimensional cuya confluencia o nudo se resuelve en la Bodega: “La cruz del Oeste”.





El conjunto se organiza a lo largo de un eje funcional-conceptual conformado por el acceso general, la Escuela de Oficios y la Bodega, en lógica conjunción con la idea integradora.
La organización general se adapta o moldea a la topografía. Con múltiples intervenciones paisajísticas, con la incorporación de arboledas, el espejo de agua.





El conjunto pasa a formar parte del paisaje. Esta visión total se aprecia desde la llegada al complejo en una amplia perspectiva cuyo telón de fondo es la cordillera.



Es en el corazón de la bodega donde se resuelve la encrucijada.
La bodega es el eslabón entre el turismo, la recolección, y el camino de salida de la producción.

Planteando en su organización un doble desafío, funcional-programático e ideológico, materializado en un esquema de direcciones que confluyen en el centro, con un movimiento de rotación y expansión que se regula de acuerdo a las escala del sector implicado.

Estas prolongaciones o aspas, se orientan y toman escala en relación directa con múltiples variables: espaciales en cuanto al uso que posibilitan, con el resto de los espacios, y en cuanto a la relación que proponen con el entorno.





















A partir de este centro se organiza la bodega, generando una muy rica trama espacial, que comprende y configura el espacio interior con mucha sutileza y ajuste, en la que las distintas escalas de uso se regulan con precisión.







Interesante cuando esta trama espacial funciona por sustracción, y el terreno pasa a ser socavado para dar lugar a la cava.



La encrucijada terminó dando el nombre a la bodega (Cruz del Oeste).
A partir de esta pieza central desde donde se proyectan pasarelas a distintos niveles permitir la superposición de circulaciones diversas a distintos niveles, que permiten el normal funcionamiento. (Técnicas, turístico-recreativas).











La jerarquía de este espacio se enfatiza mediante la materialización
de un eje vertical cuyo remate es un observatorio,
que permite apreciar desde el centro mismo de la cruz,
la bodega y la implantación toda.



Tal vez sea en el planteo de la estructura en donde no se llegaron a producir los ajustes necesarios. Podríamos hablar de exceso en la dimensión y repetición de algunas piezas que empastan la visión del conjunto.



Desde el punto de vista pedagógico una propuesta que han sabido desarrollar con mucha dedicación y eso se nota en el resultado final.

Karina Mellace

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