De eso se trata, de buscar el alma, de generar la mística del futuro proyecto, potenciándolo. Pero tengo que decirles que lamentablemente y por suerte, no hay cálculos matemáticos, ni letras del abecedario, que simplifiquen esta tarea.
Bienvenidos a un taller de búsquedas.
Y para ir en busca del alma, es que debemos bucear en tres protagonistas del proyecto, el yo-arquitecto, buceando en tú actitud espacial tectónica, en tus magias, en la forma en que tú mente interactúa para lograr una estética determinada, en el lugar-entorno, con su física, sus tiempos, sus olores, sus sonidos y temperaturas, paisaje en el cual se insertará y pasará a formar parte por largo tiempo y el uso-usuario, fundamental a la hora de darle un sentido a nuestra arquitectura.
Es en el conocimiento a fondo de estos, pero no tomándolo como un “método”, sino como un camino de exploración, en los cuales vamos a cimentar nuestra tarea, y conociéndolos no solamente desde un análisis racional y analítico (que debe estar, y es necesario), sino, principalmente desde un punto de vista sensible, que tome en cuenta sus ritmos, sus intensidades, sus fuerzas y debilidades, sus luces y sus sombras, en fin en el conocimiento global de su espíritu...
Manos a la obra.
Empecemos el camino
Jorge Stekar
Wednesday, April 18, 2007
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