Sunday, May 01, 2011

Sobre como expresar las ideas

Benedetto Croce identificó la expresión y el lenguaje con al intuición. Intuir es ya expresar, pues la expresión y el lenguaje en realidad se producen en el interior del individuo, es decir en la consciencia. Expresar y hablar implican siempre un hablar con uno mismo. La comunicación es posterior (y puede existir o no).

En un texto varias veces citado en este blog, nos habla de la idea pictórica: la macchia.
¿Qué es en última instancia la macchia, reducida a su mínima expresión? Un enlace de tonos, o sea de sombra o de luz, apto para suscitar en el alma un sentimiento deseado, exaltando la fantasía hasta la acción.
La macchia es el sine qua non de la obra, lo esencial indispensable y que no puede suplirse por ninguna otra cualidad.
Esta macchia es la idea pictórica, como la idea musical es un dato de acordes de sonidos, que el maestro devela en melodía. Y del mismo modo que a la más larga, rica y variada partitura se le pide un motivo fundamental, del cual todo orgánicamente se desarrolla y deriva, así el cuadro necesitará una idea de luz y de sombra, de la cual toma carácter.


Frantisek Kupka. Ordenación sobre verticales. 1911-1912.

Lo mismo que en la música, las palabras amontonadas no son el libreto, sino el carácter de la melodía que produce emoción en los que escuchan.
Tampoco significa que la macchia sin la cual no es posible ningún cuadro, sea el cuadro.
La macchia sugiere a la fantasía. Como el primer acorde de una pieza musical no es la partitura completa. Incluso si la partitura completa es la explicación de ese primer acorde.

Retrato de la primera impresión lejana de un objeto o de una escena. El efecto primero y característico que se expresa en el ojo del artista. (…) y cuando digo lejana hablo de una lejanía que consiste en no haber aún aprehendido lo percibido con todas sus detalles. Recepción que acontecerá con largo trabajo y amorosa dedicación.
Entre ese retrato de primera impresión y el retrato determinado, detallado, preciso, discurre el completo proceso artístico.


Malabarra, Milán. Pintura irradiacionista. 1908-1912

El poeta sabe que su tarea consite en desenredar es macchia, ese motivo, ese ritmo, para obtener finalmente, plenamente determinada, recitable en vos alta, transcribible en letras, la impresión misma que había tenido, como un relámpago, en la primera inspiración. El valor de la poesía reside como aquel de la pintura en la macchia, en la onda lírica; no tanto en la riqueza e importancia de los pensamientos, de los sentimientos y de las observaciones de hecho, o en la capacidad de revelar secretos. En la macchia, en el ritmo en el motivo está su razón de ser, su encanto.

Ejecutar, terminar la obra no es otra cosa que un acercarse cada vez más al objeto; desenredar y fijar aquello que nos ha pasado por los ojos como un resplandor.
La incorrección misma, por la cual en la primera manifestación de una impresión potente, se exagera lo característico de ella, es lo que le suma eficacia.
La macchia es propia del artista. Es su modo particular de aferrar aquello que se propone, es su idea. Es la componente subjetiva de la obra.

Buscando la manera de expresar.
«¡No expliques, muestra!» (Es este un consejo que suele darse a los escritores jóvenes). Esto significa, en el desarrollo de una novela, evitar aclaraciones del tipo «Estaba deprimida" y escribir en cambio algo así como «Se acercó lentamente a la cafetera, la taza le pesaba en la mano». Así se nos muestra qué es la depresión. La representación física transmite más que la etiqueta. (Sennet)

Mostrar, expresar… pero cómo?
Sennet nos explica lo que el llama Instrucciones expresivas. Se trataría de “recetas enriquecidas” en las cuales a la mera enunciación del procedimiento, se agregarían datos que le otorguen otro tipo de información, que no sería habitual encontrar en una receta, incluyendo impresiones personales, gestuales, de tono y tenor, etc. Y que contribuirían a la explicación orientando e involucrando emocionalmente a las partes.

“La ilustración empática, que se identifica con las dificultades con que tropieza un principiante; la presentación del escenario, que coloca al aprendiz en una situación extraña, y la instrucción mediante la metáfora, que alienta al aprendiz a imaginar un nuevo marco para lo que está haciendo”.
Las analogías imprecisas tienen también un aspecto emocional; la indicación de que un nuevo gesto o acto guardan cierta semejanza con algo que uno ya ha hecho tiende específicamente a inspirar confianza.


Pablo Picasso. Abstracciones sucesivas a partir de la figura de un toro (1946).
Dibujo a lápiz (1964)


La capacidad para desvelar un problema se inspira en saltos intuitivos, específicamente en su posibilidad de acercar dominios disímiles unos a otros y de preservar el conocimiento tácito en el salto entre ellos. El simple hecho de pasar de un dominio de actividad a otro estimula una nueva manera de pensar los problemas. El "desvelar" va íntimamente unido al "abrirse a" en el sentido de estar dispuesto a hacer las cosas de otra manera, a pasar de una esfera de hábitos a otra. Tan elemental es esta habilidad, que muchas veces su importancia pasa inadvertida.

Arq. Karina Mellace 

3 comments:

Gabriel Ruiz said...

majestialmente clarificador...
muy bueno !! gracias

Carlos said...

Muy bueno, Kari.
Claro y fundamentalmente, muy pedagogico.

Nahuel Lisandro said...

Buenísimo!. Hacía falta. Mucha falta