Desde los tiempos de la colonización, Corrientes fue un lugar
de encuentro entre la cultura guaraní y la europea. Los jesuitas conjugaron
modernidad y tradición, fe católica y creencias guaraníes, y ese espíritu se ha
mantenido vivo en Corrientes.
Durante la primera mitad del siglo XX, con el crecimiento de
la industrialización y del comercio global, Iberá sufrió un sostenido proceso
de degradación ambiental y tanto sus paisajes como su fauna fueron diezmados
durante años.
A tal punto fue la depredación del humano sobre el ambiente,
que a mediados de la década del setenta se extinguieron especies emblemáticas
como el tapir, el yaguareté y el venado de las pampas debido a la caza
indiscriminada para vender sus cueros en el mercado local y foráneo. Fue un
proceso único de defaunación en el norte argentino, cuyas consecuencias fueron
nefastas para el Iberá como ecosistema.
Con la mal llamada “modernidad”, los saberes ancenstrales de
hombres y mujeres del Iberá fueron vistos como algo marginal, símbolo del
“atraso” y que había que erradicar. El mencho, trabajador de los campos
correntinos, y el mariscador de los esteros pasaron a ser lo más bajo de la
sociedad. Sus habilidades y conocimientos fueron despreciados y se fueron
perdiendo, como muchas de las técnicas de las artesanías e inclusive del propio
idioma guaraní, que las nuevas generaciones habían dejado de hablar. Incluso la
construcción local (el rancho de piri) fue reemplazada por otras (cemento)
menos eficientes para el clima correntino y, además, desprovistas de toda
identidad.
En 1983 se creó la Reserva Provincial Iberá y este proceso
comenzó a revertirse. Distintas personalidades del Iberá comenzaron a defenderlo
para evitar que desapareciera por completo. Comenzó a surgir el ecoturismo y la
revalorización de saberes antiguos que se habían dejado de lado, como el
conocimiento profundo del estero y su fauna, para ponerlo al servicio de
turistas que buscaban una experiencia sincera y profunda con la naturaleza.
En el marco de este proceso se abrieron las primeras
hosterías, comenzaron a llegar cada vez más turistas, y diversas ONG se sumaron
al trabajo del rescate del Iberá. En 2007 se trajeron y liberaron los primeros
osos hormigueros, con la idea de lograr una repoblación que con el tiempo
demostró ser exitosa ya que en la actualidad hay más de 50 ejemplares viviendo
en libertad. En 2009 se inició el mismo trabajo con el venado de las pampas,
con idéntico resultado.
Hoy, ya entrados en el siglo XXI, el Iberá representa una
oportunidad única para reivindicar la naturaleza y cultura del estero.
Fuente: www.proyectoibera.org
En el extenso territorio destinado al trabajo, se destacan
tres áreas a tratar. Dichas áreas estarán conectadas por puentes y/o senderos
y/o mediante embarcaciones.
AREA de RECEPCION
Se encontrará en relación con la ruta. Será el acceso y
estacionamiento vehicular, que constará de un sector de estacionamiento para 30
automóviles y 5 buses en suelo natural consolidado.
Constará con una edificación consistente de oficina de
informes, un depósito de 100m2 y un sector de guardamarina (galpón para
guardado y reparación de canoas y embarcaciones pequeñas) con rampa de descenso
al agua, Sala de espera de visitantes de 100m2 y de 200m2 de espera en galería.
Deberá contar con muelle de embarque.
AREA de CENTRO DE
ESTUDIOS, INVESTIGACION e INTERPRETACION
El edificio estará ubicado en un sector en contacto directo
con la naturaleza, generando una experiencia de plena observación e
interpretación de la naturaleza, que incluye la experiencia arquitectónica de
un edificio modelo de contaminación nula o casi nula.
El edificio tendrá carácter educativo y de investigación. Fomentará
la interpretación de la naturaleza de los Esteros del Iberá. Constará de
distintos tipos de usuarios: los turistas, colegios e instituciones educativas
que pasan el día, turistas que pernoctan, investigadores que se establecen por
períodos cortos (semanas), y personal permanente (investigadores,
guardaparques, administrativos, mantenimiento, etc.)
http://www.proyectoibera.org/download/yaguarete/CECY_Programa_Funcionamiento.pdf
Esta área no será menor a 50ha, y habrá solo pequeños puestos de observación y vigilancia, ocultos a la vista de los animales.
Además
cada proyecto deberá preveer programas de reinserción para dos especies mas,
para las cuales deberán generar su hábitat transitorio.
Algunas
de las especies amenazadas son por ej el oso hormiguero, el venado de las
pampas, el pecari o el guacamayo.http://www.proyectoibera.org/especiesamenazadas_pecari.htm
http://www.proyectoibera.org/especiesamenazadas_osohormiguero.htm
http://www.proyectoibera.org/especiesamenazadas_venado.htm
http://www.proyectoibera.org/download/guacamayo/Proyecto_Reintroduccion_Aves.pdf
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