En tierra tan extraña y anhelada, dos
cuestiones de distinta índole chocan: la naturaleza y el hecho del hombre.
En la idea de las Islas Malvinas, la guerra y
la sensación de crudeza se vienen directamente a la cabeza; y es que la carga
emotiva de la guerra se hace presente en el paisaje, le da carácter, lo
determina.
Las sensaciones dispares se entrecruzan, se
mezclan y forman el amasijo que le da forma al paisaje malvinense…
Abriéndose paso, surgiendo desde las raíces
profundas y mestizas de la tierra, buscando la luz que tanto se negó… Heridas
abiertas, heridas expuestas.
1 comment:
Que buenas laminas Marta
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