Tuesday, March 19, 2019

VALE REPENSARLO TODO

Releyendo la tesis doctoral del Dr. Arq. Jorge Sarquis, plasmada en el libro Itinerarios del Proyecto -Ficción Epistemológica-, hay unos párrafos que me interesa compartir con uds. que tienen que ver con la incertidumbre que domina el campo de la arquitectura en la actualidad y que muchas veces hemos expresado algo similar en la cátedra. (texto en pag,103/105)

 
"Cuestionarlo, repensarlo, en lo general y en el campo específico de nuestro quehacer profesional, parece ser el compromiso. Si observamos históricamente los cambios en nuestra disciplina, podemos ver que aquellos que cambiaron, fueron contra el espíritu hegemónico y dominante de su tiempo. Se tomaron, en cambio, del espíritu emergente y desde esa pequeña plataforma cuestionaron el pensamiento hegemónico paralizante.
Eso hizo Vitruvio cuando instaló la arquitectura como diferencia de la construcción , hegemónica y dominante. Podemos imaginarnos leyendo sus textos, del rechazo de los constructores de su tiempo, ante todas las exigencias que tenia Vitruvio para hacer arquitectura. Esto hizo Alberti cuando colocó a la arquitectura entre las actividades productoras de cultura -junto a la pintura y escultura- y la erradicó de las artes mecánicas, repetitivas y miméticas.
¿No hicieron esto Ledoux y Boullée, Piranesi y Wren cuando lucharon por apartarse de los pintoresquismos, y los derivados del clasicismo lingüístico, para exponer otros modos, otras imágenes y espacios arquitectónicos, ante una sociedad confundida sobre su propia imagen y sobre su propia espacialidad, que se desprendía de un universo teológico hegemónico aún, para adherirse a un mundo iluminado por la razón, todavía emergente?
En definitiva, ¿no hicieron esto nuestros maestros: Le Corbusier, Mies, o antes sus maestros Behrens, Paxton, Eiffel, cuando lucharon denodadamente y desde la soledad mas absoluta contra las academias hegemónicas que representaban el pensamiento oficial y dominante sobre como se debía hacer arquitectura, con su cuerpo teórico solido y establecido por cinco siglos de tratados, manuales y hasta abultados diccionarios acerca de que era la arquitectura?
¿No hicieron esto las vanguardias históricas cuando pretendieron acabar con la institución de un arte autonomizado - también hegemónico, y dominante- pero cristalizado en representaciones de un mundo que se hundía ante sus ojos y pocos advertían?
¿No se reiteró acaso con el Team X en 1956 en Dubrovnik, cuando un grupo de apenas diez jóvenes arquitectos, derribaron el edificio hegemónico del "International Style" que amenazaba reiterarse en los sucesivos CIAM -Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna- impulsados por unos maestros que no advertían las necesidades emergentes y que sólo Le Corbusier reconoció, cuando cedió el bastón de mando, diciéndole a estos jóvenes: "este es vuestro tiempo y vuestra responsabilidad"?
No pretendo, aunque lo parezca, redibujar una historia evolucionista o reiterativa cíclicamente, como si fuera claro quienes apuntan hacia adelante y quienes hacia atrás. Hoy vemos con claridad lo que ocurrió en la historia hasta hace ciertos años, y sus visiones son siempre renovadas. Hasta los sesenta, creímos que existió un movimiento moderno que nos dibujaron Zevi, Gideon y otros. La escuela de Venecia liderada por Tafuri, en un largo y laborioso trabajo de investigación (distante de toda pereza intelectual y aceptación de lo dado) releyó la realidad histórica construida con todos los instrumentos de saber que se disponía en ese momento: y nos entregó otra historia con multiplicidad de arquitecturas modernas por no un Movimiento Moderno.
Decía que hoy vemos claro lo que ocurrió en la historia hasta los 60/70. Desde los 80 es nuestra contemporaneidad, y si bien muchos "ismos" ya son historia, lo único claro es lo oscuro de nuestra situación presente. Si el estructuralismo no puede dar todas las respuestas y el pensamiento débil encarnado en un post-estructuralismo nos convoca a pensar con Deleuze desde Mil mesetas. ¿Cómo hacerlo efectivo? ¿Desde dónde pensar?
Ante nuestro confuso presente, que nos parece mas confuso que otros por ser partícipes de él, apelamos al Borges que decía "a aquel hombre le había tocado vivir tiempos difíciles.....como a todos los hombres en todos los tiempos". Ante nuestro confuso presente ¿hacia adonde apuntar? Puede ser la solución la creatividad, la innovación permanente, la ruptura y la subversión como método. La confianza en las fuerzas creadoras de individuos aislados (al fin y al cabo Le Corbusier, Mies fueron individuos aislados) cerebros iluminados que nos indiquen el camino. Quizá, pero las metrópolis se deterioran aceleradamente, el medio ambiente se recalienta por el efecto invernadero y el "niño" comete travesuras que a veces mejoran el clima y a veces lo empeoran, siempre impredecible. Un "niño" verdaderamente post-estructuralista acorde con el espíritu de este tiempo.
Creo que la hipótesis más factible es convocar el pensamiento a trabajar, a imaginar soluciones nuevas ante problemas nuevos, a despojarse de prejuicios, pero no para el "vale todo", sino para un provocativo "vale repensarlo todo". 
 

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