Estamos en un momento de transición del ejercicio, en el cual tras las primeras lecturas efectuadas en Relevamiento, Mancha y Huella entendemos por constituido el núcleo perceptivo de su entendimiento del lugar, de su mirada, lo que podemos denominar su VISIÓN.
Esta etapa implica el recorrido que estas intenciones (sustentadas en la mirada subjetiva) hacen hasta poder apropiarse del objeto de observación: se apropian de la esencia del lugar desde un intento de comprensión profunda del mismo.
Tratamos de entender entonces cómo dentro de de esa mirada o visión existe una noción difusa y algo precaria, que aún así nos impulsa al acto de fe por el cual fundar el trabajo del cuatrimestre en esos hallazgos ‘descubiertos’.
En la apreciación se propone una referencia a la imprecisión: como en un ejercicio de alquimia confluyen intuición, ciencia, experiencia; pero por sobre todo es aquella mirada, la cual se torna central para comprender desde dónde se produce el cruce de lo abstracto (y precario) de las ideas a lo tangible de la materialidad.
Esa precariedad, no obstante, permite una comprensión básica con la cual imaginar, previsualizar, la eventual materialización de la visión.
Y desde esa comprensión se embarcan en la tarea de develar aquella esencia hallada, en busca de la visión (originalmente imprecisa y difusa), mediante un ejercicio de descubrimiento progresivo, que va dotando de cualidades a la mirada, ganado en sustancia a medida que se avanza en la definición del trabajo.
Bajo este planteo un avance principal es reconocer en la visión su estructura interna, aquella trama profunda que es propia a la mirada subjetiva.
Con el reconocimiento de esta estructura interna que podemos denominar COMPOSICIÓN, nos permitimos comenzar a dar realidad a la visión, a materializarla.
Por supuesto, no entendemos este desarrollo como un recorrido lineal, por ello nos referimos continuamente a lo impreciso no como una falencia, sino pensando en aquel camino al cual se lo descubre desandándolo.
De cualquier manera creemos insoslayable una comprensión en la cual el elemento composición/estructura es implícito a la visión, aunque sea desde la misma visión de donde la asimilamos (a la composición) como tal. Podríamos decir que la comprensión de la estructura interna a la visión nos posibilita comenzar la secuencia del develado que previamente mencionamos.
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