El techo es el cielo,
el horizonte el paisaje,
el sonido, es el viento,
los colores, la luz,
el suelo, la tierra, seca,
la flora es baja,
la fauna es escasa,
su cultura es el hombre,
su leyenda...
En la búsqueda de lo esencial del lugar, de la síntesis sistematica y repetitiva de la zona, encontramos en el arte de los tehuelches, primeros habitantes del lugar, lo que creemos nos vincula fuertemente con el territorio.
La representacion de la genealogía, de la descendencia de los aborígenes trazada por una linea, linea que nos lleva desde el origen hasta el presente, que la vemos representada en las rajas de los glaciares, y en el vasto horizonte al rematar contra la cordillera y el glaciar.
Idea de continuidad que se disuelve en el infinito, pero que a su vez tiene la necesidad de estar contenida.
Comulgando la riqueza cultural de los aborígenes, el lugar, su naturaleza, el progreso la ciudad y sus hitos culturales.
3 comments:
Ya recorrimos un trecho, indagando sobre todo lo que nos movilizaba (algunas pocas cosas, tres o cuatro movimientos que nos tienen agarrados y no nos sueltan); plantamos una semilla y seguimos el agua por los surcos, ahora tratamos de observar esa marca territorial.
No hay una imagen que podamos mostrar, no al menos una imagen clara, consistente, impactante. Parados frente al tablero, lápiz en mano, hablamos de consistencias, de direcciones, de fuerzas, de bordes, de todo lo que el lugar y el dibujo ponen en nuestras cabezas; pero las voces se profundizan hasta el silencio, para dejarle lugar al ruido del grafito, al raspado, al borrado, al rayado.
Pasa el tiempo y ya sentimos el dibujo, lo comprendemos en su dimensión más pequeña e ínfima, lo tenemos tatuado en las manos (literalmente tatuado). Pero todo eso no alcanza, la macchia sigue en el aire, no decanta, no se plasma, permanece en un estado de invocación, de mandala, de puerta sin abrir, de acto fallido.
Nos alejamos un poco, cortamos el lazo, dos pasos atrás en forma de envión, nunca de retirada. Vuelven las ideas, todas las palabras-estimulo, todas las contradicciones con las que construimos nuestro germen de territorio; y comprobamos que todo eso sigue flotando, que solamente rozó la hoja, que la impactó levemente dejando menos que una pista, una o dos líneas enredadas en un cumulo de grafito. La macchia no aparece, solamente el manchón.
Volvemos a la estrategia, a la hipótesis exaustiva, al mapa. Tratamos de desplegar un poco más aquella intensidad primera, la sensación que nos había hechizado, el hechizo que pretendíamos poner en juego. Volvemos a nuestra primer planta para observar de forma más completa-compleja nuestro territorio.
Nos proponemos un momento de involución. No como un primitivismo de nosotros mismos, tampoco como un retroceso de nuestro trabajo. Despedazamos los mandalas para tratar de absorber sus intensiones más fuertes, sus mejores caprichos. Partimos los mandalas para que vuelvan a ser tierra, un encanto del lugar, un territorio encantado.
Del esbozo y la idea al hechizo. Esperamos que funcione.
Filosofía barata y zapatos de goma ...........
Es un tema de Charly ......
Porque lo mencionas????
La filosofia cotidiana no es cara y sin embargo nos puede ayudar mucho en nuestro diario devenir ,,, no toodo es alta filosía muchacho.
En lo que respecta a los "zapatos de goma" recorriendo costas en zonas de buceo he visto que son muy utiles para evitar cortarse con los corales .
Espero haber respondido a tu enigmatico comentario .
Abrazo con guantes de latex
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