“El
arquitecto del futuro se basará en la imitación de la naturaleza, porque es la
forma más racional, duradera y económica de todos los métodos” Antonio Gaudí
Para nosotros, que tenemos la
suerte de habitar en un lugar donde la bondad de la naturaleza y sus formas se
prestan al servicio de nuestras necesidades, nos resulta llamativo pensar que en
un lugar tan lejano e inhóspito, exista tamaña diversidad de especies que lo
habitan.
Este tipo de ejercicios nos
obliga a ensanchar al máximo nuestro horizonte perceptivo, captar y ver lo que
anda “volando” para tal vez ponerlo en un poema, materializarlo en una maqueta
o simplemente incluir estas sensaciones
en la temprana concepción de nuestras ideas.
Nos propusimos agudizar el ojo
en la “formas naturales”, donde la objetividad y la
subjetividad coexisten en un inestable equilibrio. Queremos conocerlas,
para poder entender el funcionamiento, las virtudes y limitaciones de las
mismas, lo que nos permitirá develar la esencia, el origen, las leyes de la
flora y la fauna de Puerto Pirámide.
La observación y clasificación
de las formas está estrechamente relacionada con la posibilidad de dominarlas,
con el motivo de transformarlas para poder plasmar arquitectura con ellas.
No queremos inventar nada, simplemente transformar
la naturaleza del lugar.
“El
hombre no crea, descubre lo que busca en las leyes de la naturaleza” Antonio
Gaudí
Descubrimos que existe un parámetro en común para con todas las
especies animales que frecuentan la península. En la morfología de las aves,
las ballenas, los lobos encontramos una curva que termina en un punto.
La curva abierta es una sucesión
de puntos cuyo extremo finaliza en un punto de mayor dimensión. En dicho punto
se ancla el movimiento de las alas del ave, finaliza el cuerpo de la ballena y
también se extiende el continente hacia el mar como península.
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