Investigando sobre la extensa estepa patagónica que circunda
a Península Valdés, detectamos distintas huellas que interactúan y le dan un
sentido al lugar. Huellas que deja el viento, moviendo las olas, moviendo la
tierra y la arena, gastándolas, erosionándolas. Huellas de las olas contra la
roca, contra la tierra, contra la arena, marcando su pasar, modificando la materia.
Huellas de los animales y de las plantas en la arena, en la tierra y en el
agua, dejando estelas, suaves, dinámicas. Huellas de las ballenas, que dan vida
y sentido a la Península, al mar. Huellas del hombre, huellas ínfimas, casi
nulas, que se asoman tímidamente por la roca, sobre la arena, volando por
encima del mar, acobijándose bajo la sobra de los pequeños arbustos, que protegen
y dan reparo del viento. Huellas del mar, que sube y baja y oscila su nivel
sobre las costas, sobre la roca. Huellas de lo que fue, lo que es y de lo que
será. Huellas como memoria tangible. Huellas que reflejan lo que hubo y ya no
hay, lo que estuvo y hoy no está: Tehuelches, Galeses, Turistas, Estancieros…
Acantilados como huellas, como consecuencia del movimiento
de las placas tectónicas.
Esa dinámica, ese movimiento de los distintos elementos que
componen la península, que se mueven, cambian, van y vienen según la estación,
según el momento del día, es lo que miramos. Este DINAMISMO, esta INTERACCIÓN
ENTRE DISTINTAS MATERIAS, con distinta COMPOSICIÓN Y TEXTURA, genera
MOVIMIENTO.
O como diría Octavio Paz en su obra Frente al mar, “¿La ola no tiene forma? En un instante se
esculpe y en otro se desmorona, en la que emerge, redonda. Su movimiento es su
forma”.
Este cambio constante se ve reflejado en el ciclo
reproductivo de los animales: tanto las ballenas como los lobos y los elefantes
marinos arriban a las costas (apostaderos) como colonias que ocupan el
territorio y le dan una impronta. El agua de mar y el viento les condicionan su
ciclo de vida, los animales se adaptan y arriban a esta península, de
ecosistema único, a descansar y realizar sus rituales de vida.
Los arbustos, bajos y anchos, se adaptan al viento y son
refugio de la vida.
Las especies coexisten y se entrelazan, se funden, se
mueven, se transforman y cambian como cadena en forma de dominó: un elemento se
mueve, el otro también. El viento es cálido, los animales arriban a la costa,
el hombre se acerca y contempla.
El hábitat del hombre, entonces, está ligado y determinado
por el movimiento de los demás elementos que componen el ecosistema de la
península.
La huella del hombre se adapta y queda determinada por el
dinamismo de las especies. Su economía se sustenta por el avistaje de estas
bellas criaturas, que vienen y van.
El hombre y la naturaleza, conviviendo, mutando, fusionándose
el uno en el otro.
El movimiento es la forma de ser de la península. La
geometría es dada por el movimiento, constante o no, que es dinamismo, vida, al
fin y al cabo.
MOVIMIENTO ORGÁNICO como esencia de Península Valdés, como
una punta, un núcleo de naturaleza viva, pura, irreal, que se contrasta con el
movimiento del Parque Industrial de Puerto Madryn. CONTRASTE DE MATERIALES:
MATERIA NATURAL, ORGÁNICA de la península como la ROCA (del acantilado), la
MADERA (de los arbustos bajos y nobles), la ARENA (de los apostaderos y lugares
de reposos), el AIRE (como material fino, orgánico, que de alguna forma altera
el lugar. Si hay espacio vacío, hay aire, hay viento); contra MATERIA PESADA,
ARTIFICIAL, del continente, de la urbe, como el ALUMINIO.
Este objeto fue concebido en la búsqueda de representar esa
dinámica de elementos, que se mueven, se entrelazan, se suceden, se unen:
viento; agua; tierra maciza, compacta de acantilado, de meseta; playa de arena
(planicie de reposo).
El hombre, como consecuencia de este movimiento, se adapta,
se fusiona, se mueve en conjunto e interviene ese dinámico ecosistema,
buscando, quizás, ser parte de ese movimiento, movimiento único por las
especies de animales y plantas que lo componen, que quizás sólo buscan cobijo y
se sienten protegidas en este único lugar del mundo.
En el pasado lo corrompía, hoy en día lo respeta y lo
preserva..
¿Qué será en el futuro?
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