A diferencias de otras ciudades, Mar del Plata al no haber
sido una terminal ferroviaria ni un puerto cerealero importante, no cuenta hoy con esos
grandes espacios vacantes conformados por predios e instalaciones del ferrocarril
desactivadas y/o terminales portuarias obsoletas con los que cuentan otras grandes
ciudades del país. Tampoco tiene enclaves militares abandonados. Espacios estos que
suelen ser las grandes excusas de intervención y ordenamiento; espacios estructurales de la
ciudad a partir de los cuales se define las estrategias de su ordenamiento
urbanístico. Mar del Plata tiene algunos de estos lugares –los predios de las estaciones
terminales de pasajeros y de cargas, el predio de la ex ESEBA, entre otros–, pero por su
número, magnitud y disposición en el tejido urbano no posibilitan definir
lineamientos de ordenamiento territorial exclusivamente a partir de ellos. Más allá de
los desequilibrios territoriales que se marcan, la ciudad presenta un tejido de cierta
homogeneidad, con “huecos” de mediana escala y con un nivel de calidad espacial
reconocible. El propio partido va mostrando esas mismas características, más allá de la
heterogeneidad de usos (industrial, productivos agropecuario, hortícola,
extractivo). Además, se reconocen en todos los casos sitios de excelencia ambiental y
paisajística de relevancia, por ej. el frente marítimo.
Todo esto que se menciona aparece en numerosas partes de increíble
valor singular pero con escasas conexiones entre sí; sitios desaprovechados; otros con signos de deterioro, casi a la espera de que
alguien los redescubra, los vincule, los ate, los ponga en valor. Por ello, los
programas y proyectos, cuando son visualizados en el territorio y puestos en relación, están
demostrando que se trata de una tarea de sutura. Un trabajo paciente y sostenido de unir
aquello que está inconexo e incompleto. Se trata de ir definiendo tramas cerradas
para que todo quede incluido, haciendo posible que dentro de esa homogeneidad que se lee
en la trama urbana aparezcan algunos puntos que se destacan y que se articulan
dando lugar a una ciudad distinta.
Completar, unir, conectar, destacar, realzar, quizás sea la
síntesis de la intencionalidad proyectual que ha estado siempre presente en
la formulación de distintos planes y, por consiguiente, de los programas y proyectos que lo
conforman.
Sitios destacados que surgen dentro de la trama, para que
Mar del Plata recupere ese esplendor perdido, como decían muchos en los diagnósticos, en
la costa, en su frente marítimo tal como se iniciaron con las obras en
los últimos años. Avanzar y profundizar en esa dirección, esa debe ser la consigna. Los
cambios en Punta Iglesias y la rambla deben continuar en, la escollera norte y el Parque de Punta Mogotes renovados; en dotar de
calidad a sus particulares centros comerciales, en el centro textil de Juan B. Justo y en el centro de 12 de octubre, recuperando la
mística del puerto; en el futuro parque lineal de Batán; en su Centro de Expresiones Múltiples.
Tramas, conexiones y sitios singulares, una tarea sostenida
y creativa que Mar del Plata y el partido deben llevar adelante para una definitiva
recuperación y que es necesario un plan que de una pista para la actuación.
En una primera aproximación a la organización del territorio
marplatense, es posible identificar algunas cuestiones significativas que van a
dejar su impronta en las particularidades que distinguen a dicha organización. Entre
estas cuestiones se destacan:
-Su rol como principal
centro turístico veraniego del país.
-Su rol como cabecera de
una amplia región del sudeste de la provincia de
Buenos Aires.
-La presencia de un
puerto pesquero con un intenso movimiento comercial.
-El desarrollo
inmobiliario y los ciclos de la industria de la construcción.
-La diversidad de una
actividad industrial creciente.
-El desarrollo y la
especialización del comercio.
Recuperando los lugares vacantes e incorporarlos en forma
estratégica como lugares de oportunidad para el desarrollo y/o control del crecimiento
urbano.
La ciudad de Mar del Plata constituye un símbolo para el
país, representa una de las imágenes míticas más importantes de la ciudadanía,
fundamentalmente como ciudad en crecimiento asociada al desarrollo del
turismo masivo y popular.
Se trata de la valoración y el rescate material de sitios y
objetos, pero se trata también de una intervención en lo simbólico, y lo que constituye la
historia de la ciudad, de puerto, de pescadores, de inmigrantes, de familias
aristocráticas, de sus hijos dilectos, de historias mínimas y de historias “máximas” que recogen lo
que sucedió en esa porción del territorio y que queda impregnado en la memoria.
Fuente http://www.mardelplata.gob.ar/documentos/planestrategico/planoperativo2006/documentobasepot.pdf
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