El corazón de los seres vivientes aspira e impulsa la sangre a todo el cuerpo, permitiendo la vida. De la misma manera, el centro de estudio será el corazón de la selva, que generará el impulso de conocimientos al mundo: la hará perdurar en el tiempo por medio de la concientización, demorando su destrucción y prolongando su vida.
Las personas son la sangre, fluido en busca de conocimiento, que llegaran de todos partes al centro. Su camino será tortuoso, deberán eludir obstáculos físicos y mentales para arribar.
Luego de la permanencia en el lugar, el conocimiento obtenido, estallará en todas direcciones. Se esparcirá gradualmente, por medio de la difusión de los visitantes, estudiantes e investigadores por la población.
“La selva es virgen como las demás; sin embargo, hay lianas, no hay que omitir de verlas. Hay jaguares… ¡pero no vemos ninguno! Estamos al acecho, en el puesto construido con bambú y hojarasca, en el corazón de la selva... Por la noche se oyen gritar locamente las cotorras; son verdes como las hojas, ¡no se las ve!. Hay inmensas serpientes…, pero no se las ve. El estanque esta lleno de cocodrilos, pero están en el fondo del estanque. La selva es silenciosa, espesa, impenetrable, quizás amenazadora.
Hay de todo en la selva americana, pero no se ve nada.
Permanecer, acechar, escuchar, durante uno, dos días, y la selva hablará. ¡Pero no se tiene nunca tiempo!
¡Y así ocurre en la vida!
¡Saber estar! ¡Estar en estado de juzgar!”
Le Corbusier
El espacio estará regido por el movimiento del hombre:
Por el camino de llegada, difícil, curvo, sorteando obstáculos.
Por las circulaciones entre los diferentes espacios del conjunto y por los recorridos de investigación entre la selva inmediata y el centro (la permanencia en el lugar)
Y por el egreso del conocimiento en forma recta, en todas direcciones.
Al lado de estos caminos se erige la arquitectura.
“..Todos ustedes son arquitectos y saben cómo se hace un camino. ¿Qué hace un camino? ¿Une dos puntos o no? ... sortea dificultades, pone puentes, túneles, curvas, lo que quieran pero une dos puntos y a esto nosotros llamamos camino. Pero sucede que Hermes es el dios de los caminos. El camino es hermético, miren qué curioso. Este es un camino y yo soy el caminante, y tengo piedras, que se llaman hermas, y yo voy caminando y tiro las piedras. Y viene otro caminante y tira otra piedra, y se van formando hitos. Estos hitos son el origen de las estatuas, y el origen de convertir la mera extensión en espacio. ¿Y a dónde va el camino, a dónde va? No, no va de un punto a otro, nada de eso, va así, conduce a abrir una comarca.”
Godofredo Iommi
Los guaraníes vivían en aldeas llamadas tekoas (comunidad), dispuestas en torno a una plaza central , en los claros que se formaban naturalmente en medio de la selva.
En ellas se construía la maloca, que es el centro de conocimiento, donde se cuentan las historias que ha construido la cotidianidad de la comunidad y sus ancestros, los consejos para la vida.
La situ-acción del centro de estudio y foro regional será parecida. Se ubicara en un claro de la selva; con la intención de talar la menor cantidad de árboles. También dispondrá de una organización perimetral que tenderá hacia el espacio interior abierto, tratando de maniobrar el sentimiento amor-odio que tendrán los usuarios con respecto a la selva.
En toda su generación y dialéctica, se fue forjando la forma de situarse, no podía ser de otra manera, que en el corazón de la selva, en ese lugar difícil de penetrar. El gran desafío es buscar y encontrar, las relaciones, esas pulsiones. Como su latir ira acompañando esos senderos o caminos que lo acerquen a la civilizacion. Y también habrá que transformar este ideograma, en arquitectura, sin perder, lo que desde un principio fue su esencia.
Jorge
Jorge
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