Wednesday, June 02, 2010

Tinto - Paredes

El agua ya corría inquieta. Apresuradas avanzan unas sobre otras. De golpe choca contra una roca, se divide hacia un lado y el otro pero siempre sigue avanzando, nada la frena. Entonces cada vez se adelanta más y más rápido. Se siente como se acumula la energía mientras sigue creciendo la velocidad. Lo que hace un momento era un ruido lejano ahora es claro y fuerte como una voz sorda y ronca. Más que una voz, un bramido. Ahora la velocidad es máxima. Las aguas se mueven furiosas empujándose pero siempre avanzando. El bramido es un grito infinitamente largo y casi insoportable. Entonces todo cambia. Llega el silencio. Un silencio que no es real, más bien como si de contener la respiración se tratase. Y delante el cielo, solamente el cielo.

El siguiente instante nuevamente el rugir de la catarata y el agua que cae a toda velocidad para estallar contra las rocas, las piedras y más agua allí abajo. Fue un gran espectáculo pero aun esta agua tiene muchísima energía. Las gotas que reventaron y volaron por el aire comienzan a caer como una fina llovizna para volver al curso del Iguazú. Y sigue avanzando hacia adelante. Ahora viajan con estas piedritas, piedrecillas, barro, ramas y palos. Al poco tiempo, la voz de la catarata se va apagando, así como poco a poco se calman las aguas, Algunas empiezan a cansarse rápido de viajar y salen del carril del medio para acercarse a las costas. Un poco después se quedan allí, con ramas, con piedras, con tierra, sobre las costas.


Entendemos un proyecto para esta reserva, que hable de una gran huella. Esta gran huella es la responsable de armar las vinculaciones sociales, reales y abstractas en el sitio. Una gran huella para incluir, una pequeña pisada para no impactar. En el camino de lo manifestado, pensamos un edificio de pequeña pisada, donde como si de otro grupo de árboles se tratase, empieza a aplica usos y funciones, en altura.



Es para nosotros el Iguazú uno de los elementos más inspiradores. Proyectamos un complejo que ES en esencia el arrastre de los sedimentos del rio, que poco a poco se depositan sobre nuestra costa cual rocas en la playa. Este esquema empieza a definir espacios y densidades.



La altura como respuesta a la pisada mínima.

La arquitectura, como gran elemento mediador entre el rio y la selva. Mediar entre la realidad, la abstracción y nuevamente realidad.

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