Tuesday, December 10, 2013

Dramisino-Copello


La Cuenca Matanza-Riachuelo genera una impronta única sobre las costas que baña. La Isla Demarchi, al estar en su desembocadura, recibe toda esa historia, toda esa acumulación de intervenciones y  años de descuido.
Hasta ahora, el hombre con su estructura industrial, no ha sabido dar respuesta a la problemática que se plantea en esta rivera. Cada nuevo proyecto, en mayor o menor medida, es un paso en falso, yendo en contra de la propia naturaleza y del desarrollo natural del ecosistema rioplatense.
Como consecuencia de esta situación, los terrenos aledaños a la cuenca del río se han vuelto inestables, insalubres y  peligrosos como hábitat para los seres vivos. La mano del hombre (manifestada en la estructura industrial) modificó y alteró la estructura natural del río. A lo largo de su historia ha ido alterando las condiciones originales del mismo, alejándose de la naturaleza y encerrándose en el cemento.
Observamos esa impronta que tiene en el lugar el agua: las actividades que le dan vida y hacen dinámica a la Isla son producto de la navegación tanto del Río de la Plata como de la desembocadura del Riachuelo. Este último gran importancia e influencia sobre el sitio. Y quizás su desembocadura es la nueva posibilidad que tiene la ciudad de realmente mirar al río y convivir en su naturaleza primitiva.
La Isla Demarchi aparece, entonces, como punto estratégico para la renovación de la ciudad en la zona sur, renovación de la industria, renovación del ecosistema natural del Riachuelo y renovación de la naturaleza no como resultados de la acción del hombre sino a la inversa.
Desde la propuesta urbana se buscó reconstituir ese medio natural original, modificando el borde de río rectificado y llevándolo hasta su forma meándrica.
En el objeto indagamos sobre las variantes que se podían generar a la hora de configurar ese nuevo meandro sobre la Isla.

 
Pensando en el Polo Audivisual que surgirá como punto, como nodo de producción cultural latinoamericana, del cual se irradiará y trasmitirá al resto del mundo nuestra cultura, nuestra forma de ver y concebir el universo, vemos que existe en este nuevo sitio estratégico, la posibilidad de revalorizar el área y de permitirle a la ciudad y a quienes la habitamos, recuperar el contacto con la rivera del río, traduciendo en arquitectura la respuesta a la falta de continuidad entre ciudad y naturaleza.

 
El programa surge, entonces, buscando esa lógica de estructuración que presenta el meandro: un eje principal articulando los distintos componentes como “cauce” de río (circulación principal) del cual se van formando esos meandros o puntos nodales del proyecto (cuando ese espacio público de circulación se dilata, se forma el meandro): A un lado se acumula el programa, mientras que del otro lado ese cauce se “erosiona” y se generan espacios públicos más grandes, menos densos.

 
Esta acumulación de programa se manifiesta a través de una costilla que sirve a todo el edificio funcional y estructuralmente.
Pensando en lo audiovisual, podríamos considerar esta costilla como el detrás de escena de un escenario.
Esta situación más densa y compacta será la tras bambalinas de todo lo que ocurra en el Centro de Artes Audiovisuales, permitiéndole al resto de los espacios liberarse y servir como pasarelas y gradas al gran atrio que conquista el horizonte del río.
Como si el mismo edificio fuese a su vez, espectador de lo que ocurrirá en el exterior.



2 comments:

Javier Betous said...

Cracks! desede el primer dia!! Increibles las maquetas, para sacarse el sombrero (sobre todo la 1:2000).
Igualmente creo q el proyecto podria haber estado mejor todavia, todo el dinamismo q se observa en la maqueta se pierde un poco en las plantas (a mi entender), pero no deja d ser un muy buen proyecto!

Anonymous said...

exelente